Guatemala es reconocido como un país, multiétnico, pluricultural y multilingüe, ello demarca características muy variadas y amplias, lo que representa que toda la sociedad guatemalteca está conformada por infinidad de subculturas dentro de una cultura macro. Partiendo de ello, es importante considerar por lo anteriormente referido que son distintas y variadas las formas de percibir la vida, de darle sentido a la misma, de introyectar patrones de crianza, de normar, regular y sancionar.
Lo anteriormente mencionado es producto de un sistema político, el cual es trasladado generacionalmente, y el sistema occidental que ha sido adoptado hace muchos años está enmarcado en responsabilidades y obligaciones, por tal razón, existen diferencias entre el sistema occidental ya referido; y en contraparte se encuentra el sistema de los grupos indígenas, el cual se fundamenta en valores, en la armonía, el equilibrio y todo el conjunto de valores que permiten que el ser humano crezca en plenitud. Si bien es cierto, ambos sistemas forman al ser humano desde la infancia hasta la adultez, ambos permiten que cada uno de las personas que conforman los grupos indicados, se desarrollen en distintas formas, evidenciado por supuesto sus características muy particulares.
Siendo idealista y enmarcándolo dentro el contexto de los Derechos Humanos, debiera concatenarse, fusionarse o corresponderse tanto el sistema occidental y el sistema indígena ya que ambos se encuentran dentro de la misma realidad geográfica, es decir, Guatemala, República. Ello, por supuesto representa un reto muy importante y sobre todo necesario para los administradores públicos, quienes tienen la responsabilidad de permitir que los grupos étnicos del país crezcan y se desarrollen sanamente en un contexto que hoy por hoy es insano; debiendo crear, generar e implementar políticas públicas que permitan la integralidad primeramente de los sistemas, de las personas que conforman los sistemas y dentro de la temática que se aborda en el presente comentario, los grupos étnicos, pero en forma integral; lamentablemente la historia es la encargada de recordar que nuestro país siempre ha excluido y marginado a los que para los administradores públicos son diferentes, y ello ha sido trasladado y respaldado a la sociedad civil, la cual ha estado y sigue estando estimulada por estereotipos y prejuicios que no permiten el conocer las diferencias culturales que existen en nuestro país.
La responsabilidad del reconocimiento e incorporación de los grupos indígenas a la sociedad guatemalteca es de todos, debe iniciarse desde la niñez, pero dejando atrás la folklorizaciòn de la cultura, la cual día a día se incrementa más interna e internacionalmente. Se vende la imagen de que en Guatemala la hermandad, solidaridad y colaboración son parte de nuestros pensamientos, lo cual no es cierto, basta evidenciar los altos índices de exclusión dirigidos hacia los grupos indígenas, desde el momento que se han incumplido en porcentajes importantes los acuerdos adquiridos desde la firma de los acuerdos de paz, como puede ser la promoción y propagación de la educación bilingüe; ello representa un atraso sociocultural, un vacío legal, y un atropello y violación a la identidad de los pueblos indígenas.
Hablar de derechos de los grupos étnicos de Guatemala, es doblemente complejo ya que la sociedad Guatemalteca ha discriminado y excluido a los mismos por muchas razones y una de las más importantes es por razones étnicas, ello ha llevado a los grupos en referencia a orientar y educar a sus hijos en una forma ajena y diferente de la de los grupos dominantes y cuando ellos crecen y se incorporan a una sociedad ajena a sus costumbres, hábitos, formas de pensar y de expresión provoca un shock de la realidad, el cual en algunos casos es superado y asimilado adecuadamente y algunas otras veces representa un obstáculo más para poder crecer en plenitud y desarrollar todas las potencialidades con que se nace.
Es meritorio plantear el cuestionamiento, será posible interrelacionar los dos sistemas sociopolíticos para educar integralmente a la niñez guatemalteca, sea cual fuere o a qué grupo étnico pertenezca? la respuesta estará determinada por muchas circunstancias, como por ejemplo, la voluntad de los grupos indígenas y no indígenas de olvidar el pasado y de empezar de nuevo en la construcción de una Guatemala donde prevalezca, el respeto, la paz, la tolerancia y no menos importante el amor. Debe establecerse como prioridad nacional la incorporación de todos los grupos sociales de Guatemala en aras de un mejor país.
Si no se considera que Guatemala cuenta con un porcentaje muy importante de grupos indígenas, la niñez y adolescencia seguirá creciendo con pensamientos excluyentes, discriminatorios y racistas, los grupos no indígenas no se permiten conocer a los grupos indígenas y viceversa, es una lucha de poderes ideológicos, donde la interacción o socialización representa una amenaza, no es visto como una oportunidad de unir fuerzas, sino al contrario de separarlas cada vez más. Ya los hechos históricos de nuestro país han logrado separaciones abismales, es responsabilidad de todos y todas romper paradigmas, iniciar acciones de cambio, iniciando por nuestros pensamientos, por transmitir a nuestras familias e hijos que en la diversidad está la riqueza, que el sol sale para todos y todas, que todos tienen los mismos derechos y se deben cumplir con las obligaciones para poder exigir derechos.
Guatemala ha ratificado normativas internacionales relacionadas a la temática de los grupos étnicos del país, así como ha creado y modificado normativa interna relacionada a la temática en cuestión, pero ha sido y es necesario que se divulgue a todo nivel y en todos los idiomas reconocidos constitucionalmente. Ello permitirá que tanto los grupos indígenas, como los grupos no indígenas se incorporen en la creación modificación y seguimiento de lo ya ratificado y en vigencia, para dar cumplimiento al desarrollo integral. La responsabilidad es de doble vía, los grupos indígenas y no indígenas deben unir esfuerzos, jerarquizar y priorizar necesidades para fortalecer la Democracia, la Gobernabilidad y el Estado de Derecho Formal y Material de Guatemala, y debe ser vista como una unidad, donde solo hay un grupo social llamado Guatemala.